En astronomía se denomina de este modo la ocultación transitoria total o parcial, de un astro por interposición de otro cuerpo celeste.
En sus orígenes el hombre, experimentaba el temor ante los eclipses de sol y de luna. Este miedo asociado con ideas mágicas, inclinó a las sociedades antiguas a estudiar poder predecir los mismos. Los babilonios llevaban registros exactos de los mismos y descubrieron el ciclo regular de estos y además descubrieron el ciclo regular de sus repeticiones al que los griegos llamaron el Saros. Durante este ciclo que tarda 18 años y 11 días, y resulta del movimiento excéntrico de la tierra se producen por término medio 43 eclipses de sol y 43 de luna.
De tiempo en tiempo los movimientos de la tierra, el sol y la luna los alinea en el espacio; cuando esto ocurre el sol o la luna quedan parcial o totalmente ocultos, si se los observa desde la tierra. Entonces decimos que tanto el sol o la luna están eclipsados.
Un eclipse lunar ocurre cuando la tierra está situada entre el sol y la luna, en este caso la luna queda en la sombra que proyecta la tierra. Un eclipse solar se produce cuando la luna se alinea e interpone entre el sol y la tierra, entonces el disco de la luna borra el del sol. Si el sol se cubre completamente la tierra se oscurece y decimos que hay un eclipse total de sol.
Los eclipses lunares se producen aproximadamente 2 veces por año, y los de sol son mucho más escasos pero más espectaculares. Durante un eclipse de sol que puede durar como máximo 7 minutos y medio, el día parece volverse de noche mientras que el sol se oscurece.
Revisten de gran importancia para los astrónomos que los aprovechan con el objetivo de estudiar la corona solar o atmósfera exterior del sol.