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Los efectos del smog sobre la salud humana (Parte I)

En publicaciones anteriores hemos evaluado la presencia de partículas contaminantes en el aire que respiramos y sus fuentes. En este caso, analizamos los efectos de dichas partículas sobre la salud humana. Ha de tenerse en cuenta que algunos contaminantes tienen un umbral de concentración o una exposición, por debajo del cual no ocurre un determinado efecto sobre la salud. Además, podría haber efectos nocivos a causa de una exposición crónica, que no ocurrirían cuando la exposición es intensa pero durante un breve período de tiempo.

Como es de imaginarse, los efectos más importantes de la contaminación del aire sobre la salud humana ocurren en los pulmones. Por ejemplo, si bien la contaminación del aire no causa asma, los asmáticos sufren los peores episodios de su enfermedad cuando el dióxido de azufre o el ozono o la concentración de partículas aumentan en el aire que respiran.

A mediados del siglo veinte, varias ciudades industriales experimentaron episodios invernales de smog formados a partir de la contaminación de hollín y azufre, que fueron tan graves que dieron lugar a un crecimiento sensible del ritmo de muertes. Las personas con más riesgo fueron los ancianos que ya sufrían problemas bronquiales y los niños. Hoy gracias a los controles de la contaminación, los episodios de smog producidos a base de hollín y de azufre ya no fueron problemas. Las estatuas antiguas y monumentos, también sufrían los efectos de este smog; eran gravemente erosionadas debido a la acción del dióxido de azufre y de otros contaminantes secundarios.

Aunque los episodios de smog a causa de los compuestos químicos a base de azufre han sido eliminados, muchos personas aún están expuestos de forma crónica a niveles medibles de partículas en suspensión que contienen ácido sulfúrico y sulfatos, debido al transporte de largo alcance de estas sustancias de las regiones industrializadas que aún emiten dióxido de azufre al aire.

Hay evidencias que indican que la acidez de la polución es el principal agente activo causantes de disfunciones pulmonares, como respiración ruidosa y bronquitis en niños. Las personas asmáticas quedan afectadas por los aerosoles sulfatos ácidos, incluso a muy bajas concentraciones.

En “Los efectos del smog sobre la salud humana (Parte II)”, se evalúan los efectos del smog fotoquímico y del ozono.