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Los límites en la educación: ¿buenos o malos?

Llega el último NeetAnálisis de junio, donde veremos el tema de los límites, entendiéndolos como una especie de restricción, pero ojo! no viéndolos siempre desde el lado negativo, ya que a veces es necesario poner algunos. En este sentido me pregunto: Los límites en la educación: ¿son buenos o malos?

Por empezar los extremos nunca son buenos, por lo tanto pienso que algunos límites son correctos –también hay que ver como se aplican-, pero tampoco el extremo de poner tantos límites y coartar la libertad de aprendizaje.

Nos podemos preguntar ¿qué limites son correctos?, bueno algunos que hagan del proceso de aprendizaje algo con objetivos claros; que se sepa hacia donde se va, que contenidos ver o cómo comportarse en una institución, por ejemplo. Esto es necesario a mi parecer, pero también depende su éxito de cómo se planteen. Veamos, no es lo mismo que el docente se pare el primer día de clases frente al aula y diga autoritariamente que hacer y que no, a que entre todos se marquen las conductas que son apropiadas o no en un salón.  En estos casos la participación es clave, porque a su vez también todos sienten que están pensando, debatiendo y delimitando que hacer y que no.

Para que los límites funcionen es necesario a su vez:

-que sean claros

-desaprobar las conductas y no al niño

-poner límites razonables y que se puedan cumplir, ya que el extremo no sirve

-dejar en claro que “castigo” –por así llamarlo- va a existir si este límite se sobrepasa

Lo que no funciona con los límites es cuando estos ponen demasiada presión y pretender la perfección; la otra vez hablamos acerca de que la perfección no existe, por ende poner límites buscando alcanzar esta no sirve para nada. No podemos pretender que un niño sea perfecto y se comporte como un robot, o que en un salón de clases nadie hable, o que todos en todo momento tengan las mismas ganas y motivación para hacer las tareas.

Depende mucho de cómo el docente plantee que son los límites y como se trate con los alumnos, si se ponen límites sin participación y conciencia por parte de todos, y se posicionan como algo que reprime y que se impone, claramente no van a funcionar.

Lo que si es importante es cuando no ponerlos, en el proceso de aprendizaje poner demasiados límites puede condicionar y reprimir al estudiante. Por este motivo cuando se debate sobre algún tema o se pide participación o creatividad esta bueno que el docente deje fluir las ideas y no limite los comportamientos o los pensamientos.

Concluyendo los límites son necesarios siempre y cuando no vayan a los extremos y tengan propósitos claros.