En estos últimos días y a consecuencia de la muerte del multimillonario Ricardo Fort, se ha hablado mucho sobre la morfina, un potente analgésico, y los riesgos que conlleva consumirla.
Ricardo Fort era un hombre que, debido a las operaciones estéticas que se practicó y los anabólicos que tomaba, sufría, hablando mal y pronto, de los huesos. Su sistema óseo estaba totalmente desgastado y es por eso que de a poco se fue lesionando la columna, las rodillas y luego el fémur. Para sobrellevar su mal estado general y sus dolores crónicos es que consumía de manera frecuente analgésicos como los AINEs (Ibuprofeno, Diclofenac,etc.) que van lesionando el tuvo digestivo y por eso es que tuvo las hemorragias, y corticoides que contribuyen aún más a este tipo de lesiones digestivas y además generan osteoporosis o pérdida de la masa ósea.
La cuestión es que luego Fort, por indicación médica en teoría, recurre a la morfina para aliviar sus malestares. La morfina es un potente analgésico de la familia de los opioides igual que la heroína. Lo que hacen este tipo de analgésicos es diminuir la percepción del dolor por parte del enfermo; el paciente refiere que «le duele, pero no le importa». Se utiliza para el tratamiento del dolor y tiene muchos estudios realizados en pacientes con dolor crónico por cáncer en quienes se utiliza mucho y se ha visto que no generan adicción psíquica. El único problema de la morfina es que desarrolla tolerancia, es decir que cada vez se necesitan mayores dosis del fármaco para lograr el mismo efecto que al principio. En realidad no se conoce si genera adicción psíquica en otro tipo de enfermos o en la población general, ya que la mayoría de los estudios que hay, como ya dije, fueron realizados en pacientes con cáncer terminal.
Igualmente no hay que tenerle miedo a la morfina. A contribuido muchísimo a aliviar el dolor que sufren los enfermos crónicos como parte de su tratamiento paliativo. Es cierto que posee efectos adversos pero estos pueden ser controlados o detectados a tiempo por el equipo médico.