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Mercurio

Es el más pequeño de los planetas, y el más próximo al sol. Su diámetro mide alrededor de 4700 km; sin embargo, la excentricidad de su órbita es mucho mayor que la de cualquier otro de los grandes planetas, excepto Plutón. El periodo de revolución en su órbita es de 88 días, la cual tiene una inclinación de 7 grados con respecto a la eclíptica.

El porcentaje de luz solar reflejado por su superficie es relativamente bajo, pero su brillo es aproximadamente igual al de una estrella de magnitud cero. El planeta se ve frecuentemente oscurecido por la neblina cercana a su horizonte.

Como no tiene satélite ha sido necesario determinar la masa de Mercurio teniendo en cuenta su atracción sobre otro cuerpo. Un planeta menor llamado Eros resulta el más adecuado para efectuar esta medición, se calculó que la masa de Mercurio es de 4,45 por 10 a la 23 gramos, es decir, de 0,054 u 1/18 con respecto al de la tierra. Mercurio posee una densidad más alta que la de cualquier otro planeta: 6 veces la del agua. Debido a su masa, comparativamente pequeña, no puede atribuirse la alta densidad a compresión gravitacional, sino que se indica la presencia de gran cantidad de hierro, mayor tal vez que la de la tierra.

Las fases de Mercurio, semejantes a la de la luna, pueden observarse fácilmente aún con un telescopio pequeño. Aproximadamente el 37 porciento de la misma está permanentemente iluminada por la luz del sol, e igual cantidad a oscuras, con enormes cambios de temperatura que en la parte oscura se calcula unos 150 grados bajo cero, y en la iluminada, en unos 400 grados. Su superficie puede compararse con la de la luna, con manchas similares, que posiblemente sean campos de lava.

Como la inclinación de la órbita de mercurio hacia la eclíptica es de 7 grados, generalmente ocurre que en el momento de conjunción inferior el planeta pasa al norte o al sur del sol, pero al cruzar su disco se proyecta como un pequeño punto negro.