Hoy nos distendemos hablando sobre aquellos clásicos del verano, es decir eso que casi siempre se encuentra presente en esta época y siempre solemos hacerlo.
Desde irnos de vacaciones -con amigos o familia-, juntarnos a tomar mate y «piletear» por las tardes, salir a pasear por la tardecita y quizás tomarse una cervecita y/o juguito, hasta comer churros en la playa o jugar al tejo, suelen ser actividades características del verano.
Muchas cosas hacemos en estos tiempos, cosas que por supuesto no requieren ni de mucha concentración ni están cerca de nuestra rutina del año, para eso son las vacaciones: para desenchufarnos!
Por eso un clásico del verano es justamente NO tocar un apunte en todo enero, en febrero quizás ya si retomamos los estudios -y mas si te llevas alguna materia o tenes que rendir un final en la facu-. Pero enero no es apto para estudiar, es como si algo del mas allá no nos permitiera hacerlo y todo lo relacionado a este queda archivado y guardado en el fondo de algún armario.
De ahí que para mi un clásico infaltable del verano -mas precisamente de enero- es NO estudiar, y esta bien, porque todos nos merecemos un tiempo de descanso y relax después de un año agitado.