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Onicofagia, el problema de comerse las uñas

Comerse las uñas parece un hábito inofensivo, de hecho –incluyéndome- hay personas que tienen esta costumbre desde hace muchos años, sin embargo puede traer graves consecuencias físicas y estéticas, y también de orden psicológico al provocar algunas situaciones que son vergonzosas para quienes sufren esto.

Comerse las uñas recibe el nombre de onicofagia, y es algo bastante común causado por conductas obsesivas, ansiedad o estrés. Según algunas estadísticas este hábito se da en el 45% de los menores, y una cuarta parte de ellos seguirá haciéndolo durante su adultez.

Esta puede ser una forma fácil y simple para eliminar la ansiedad, pero con el tiempo se convierte en un acto reflejo que se intensifica en algunas situaciones como la angustia, la insatisfacción, los nervios, lo que genera un vicio muy complejo de abandonar porque abandonarlo depende solo de fuerza de voluntad de la persona.

En principio esto no suele representar un peligro serio, pero si algunos inconveniente estéticos ya que los dedos, la boca y los dientes pueden tomar diversas formas a la habitual. En algunas ocasiones si se vuelve más grave, porque puede ser vehículo de infecciones y causar graves lastimaduras en encías y uñas.

Lo más complejo son las complicaciones a nivel psicológico ya que quienes llevan adelante esta práctica pueden sentirse cohibidos y avergonzados ante los demás, lo que puede traer una disminución de autoestima al ver comprometida su imagen ante los demás.