Saltar al contenido

Orígen de la tradición de los Huevos de Pascuas

El término huevo, en los comienzos de la humanidad, hacía referencia a condiciones de fertilidad y renacimiento. Con el paso de los años, los huevos fueron adquiriendo cierta importancia dentro del rubro mitológico tras el renacimiento del Ave Fénix al quemar su nido. Y fue así fue como, después de varios años, se fue creando el origen de la tradición de los huevos de pascuas, los cuales en la antigüedad eran de gallina y de pato, y se les regalaban a los niños durante las celebraciones.

Los huevos eran también utilizados en los ritos y festivales de primavera como un modo de atención a los participantes, donde se celebraba el fin del invierno para dar lugar al renacimiento de la primavera. Se regalaban o intercambiaban ya decorados con un toque personal, siempre en relación a la ocasión.

A partir del siglo IX, la Iglesia Católica prohibió a sus fieles comer huevos durante el período de Cuaresma pues se consideraba que eran un equivalente a la carne. Así fue como sus seguidores cumplían con el propósito, bañando a los huevos con una capa de cera líquida para que no se echen a perder. Terminada la Cuaresma, se reunían en alguna iglesia cercana y los regalaban.

El tiempo fue pasando y las tradiciones cambiando, tal es así que la Iglesia Católica sólo recomienda la abstinencia de comer carne sólo los viernes santos. La tradición de los huevos de Pascuas aún continúa vigente, siendo regalados o intercambiados el día domingo de resurrección. Si pensamos a estos huevos como un símbolo cristiano, podríamos decir que brindan un sentido de nueva vida, tal como lo indica el sentido de la palabra Pascuas: resurrección de Jesucristo.

Es importante remarcar que no en todas las épocas los huevos de Pascuas eran de chocolate, sino que es esta una innovación más bien reciente. Comenzó en Francia y Alemania en el siglo XIX, tratándose de huevos macizos decorados con chocolate y flores de azúcar.