Según lo expuesto por Charles Darwin en su escrito sobre el Origen de las Especies, todos los seres de una misma clase han sido representados por un enorme árbol. Esto pudo dar comienzo a los hoy conocidos como «árboles de la vida». Seguramente te hayas preguntado, en varias oportunidades, qué es el árbol de la vida, y la respuesta a ello no es más que una forma de representación simbólica a la unión de los seres humanos. Se consideran como árboles filo-genéticos, cuya taxonomía consiste en una rama científica que depende de la biología y que se dedica, exclusivamente, a la clasificación de todos los seres vivos del planeta.
Qué es el Árbol Genealógico
«La afinidad de todos los seres de la misma clase ha sido representado, en ocasiones, por un gran árbol… Así como las ramas se alzan a partir de los brotes frescos, y estos, si son vigorosos, se diversifican y crecen en ramas más delgadas y finas, así, por generación, creo que ha ocurrido con el gran árbol de la vida, que llena con sus ramas muertas y rotas la corteza de la tierra, y cubre la superficie con cada una de sus hermosas ramificaciones».
El término «árbol de la vida» puede ser considerado como un modo romántico, inspirado en los escritos sobre el Origen de las Especies, de clasificar a los seres vivos. De acuerdo a lo imaginado por Charles Darwin, cada ser vivo se ubicada en una posición particular del árbol conectados por ramas que, en algún punto, se irán acercando al tronco común. Todo parece indicar que la línea evolutiva de las especies se dirige de menor a mayor complejidad, siendo necesario así la creación de más y más ramas que puedan siempre mantener relacionados a los seres vivos.
La única finalidad que tiene el árbol de la vida es representar la biodiversidad vigente en la Tierra, además de su interrelación. Es por ello que en la actualidad, más que un árbol, se suele utilizar un esquema -resultando más precisos y organizados- cuyo comienzo se da en un centro circular. A pesar de ello, continúa siendo compleja la organización de la inmensidad de seres vivos que habitan el planeta. Según lo que han indicado los últimos estudios realizados acerca de esto, el árbol de la vida está dividido en tres grandes dominios: Archea, Bacteria y Eukarya, dentro de los cuales es posible hallar siete reinos: arqueas, bacterias, protozoos, cromistas, hongos, plantas y animales.
Esos siete reinos, al mismo tiempo, presentan una subdivisión en nuevas ramas que crean nuevas clasificaciones que encierran características y organismos semejantes. Dichas clasificaciones reciben el nombre de taxones. Ahora bien, ¿cómo decidir a qué tazón pertenece cada ser vivo? Para poder clasificarlos es necesario analizar sus características morfológicas y ecológicas. Aún así, continúa siendo difícil determinar dónde comienza una especie y dónde termina. Las técnicas genéticas han permitido, con el paso del tiempo, efectivizar este orden; las proteínas y los genes resultaron mucho más prácticos y sinceros a la hora de dividir la vida presente en la Tierra.