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Qué fue la Hégira del Islam

Quizá hayas oído hablar, en alguna oportunidad, sobre la Hégira, de la cual se han cumplido 1424 años en estos días pasados. Pero… ¿Qué fue la Hégira del Islam verdaderamente? A ello nos referiremos hoy a lo largo de estas líneas, partiendo de la base que se cumplieron 1424 años del momento en que los musulmanes emigraron de Meca a Medina con el objetivo de desencadenar su propia historia. Un acontecimiento que ha generado grandes repercusiones para la humanidad.

 

El comienzo del calendario islámico

La Hégira fue el hecho que permitió dar comienzo al calendario islámico; podríamos decir que fue una emigración que marcó el año cero del Islam, a pesar de haber sido revelado años antes. Diez años más tarde, muere el profeta y su entierro se produce en Medina, lugar donde había emigrado.

Durante esos diez años de vida, el profeta logró la independencia que buscaba con tan sólo estar lejos de Meca. Así maduraría lo necesario y le permitiría al Islam crecer como correspondía.

 

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Es importante decir que la emigración no formó parte de un proyecto de huida o escape; todo lo contrario, fue lo que permitió salir de un ahogo que no los dejaba crecer. En Meca se fueron construyendo comunidades que demandaban un cierto espacio físico para no consumirse en sí misma, y fue la Hégira del Islam lo que dio respuesta a toda inquietud. Enfrentó a los musulmanes y les permitió bajar a la realidad que ellos mismos había elegido vivir.

Por ello decimos que la emigración no fue, justamente, una huida. Si tendríamos que diferenciar ambos términos, podríamos decir que la huida es una forma de eludir la realidad, mientras que la emigración es una manera de enfrentarse a ella. Y eso fue lo que pasó; los musulmanes buscaron crear su propia soberanía, no estaban rendidos.

Es el dinamismo y la capacidad para moverse lo que caracteriza al Islam. Y fue así como el Corán enseña que en lugar de dejarse abatir por la realidad, “los horizontes de Allah son amplios, por tanto, ¡emigrad!”. 

La Hégira del Islam dio comienzo a un nuevo ciclo, justamente el del Islam; representa la convicción de no bajar los brazos ni rendirse, pues el mundo de Allah es amplio y rico. La Hégira enseña que el profeta junto a los suyos jamás se rindieron frente a sus víctimas, sino que abrieron las puertas y buscaron dejar de ser oprimidos y retornar al mundo como señores.