Cuando hablamos de eclipse tenemos que remitirnos a pensar inmediatamente en la alineación mágica que se da entre la Tierra, el Sol y la Luna. De acuerdo a la ubicación de los mismos, los eclipses se pueden dar de una manera o de otra. En esto nos enfocaremos hoy: te contaremos a lo largo de estas líneas qué tipos de eclipses hay y de qué modo suceden. Veamos.
Eclipse solar y lunar
Retomando la definición de eclipse, podemos decir que se trata de un fenómeno que ocurre cuando la luz proveniente de un cuerpo celeste es bloqueada por otro cuerpo, el cual recibe el nombre de eclipsante. Existen, normalmente, dos tipo de eclipses: de Luna y de Sol, o solar y lunar, respectivamente. Veamos en qué consisten cada uno de ellos.
- ECLIPSE DE SOL.
Este eclipse se da cuando la Luna se sitúa entre la Tierra y el Sol. Su ocurrencia es bastante excepcional, pudiendo ser observado sólo en determinadas regiones del mundo. Puede que, incluso, nunca lo veamos.
Los eclipses solares sucederán sólo en los momentos en que la Luna se encuentra en su fase lunar de Luna Nueva, pudiendo ser totales, parciales o de penumbras. Gracias al gran avance tecnológico que atravesamos en nuestros días, los eclipses pueden predecirse; las órbitas lunares y terrestres se calculan con precisión y a partir de ello se puede conocer el momento exacto en que ocurrirá el fenómeno.
- ECLIPSE DE LUNA.
En este caso, el eclipse sucederá cuando la Tierra se interponga entre el Sol y la Luna. Visualmente podemos determinar que la Luna se oscurece porque se proyecta sobre ella la sobra de la Tierra. Por esto es que los eclipses lunares se darán sólo en fases de Luna Llena. Al igual que en el caso anterior, los eclipses lunares podrán dividirse en totales, parciales o penumbrales, dependiendo del paso de la Luna por la sobra de la Tierra.