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¿Quién era Fray Mocho?

Arrancamos la semanita y hoy te voy a contar sobre un personaje más que importante para nuestra historia nacional: José Stefano Álvarez, o  Fray Mocho, el primer escritor profesional de Argentina.

Este escritor nace en Gualeguaychú en 1858, conocido como Fray mocho, debido a que era bondadose y tenía un hombre más alto que el otro, lo cual provocaba su caminar ladeado. A sus 21 años se traslada a Capital Federal, donde ejercerá como periodista, estas vivencias serán la base para luego escribir “memorias de un vigilante”, ya que él era  cronista de policiales.

Sus obras por tanto, siempre tendrán un dejo e influencia del registro periodístico, y puede sumarse dentro del realismo criollo junto a su compañero Roberto Payró, con quien escribirá un par de ensayos. Entre sus obras más trascendentales encontramos “Viaje al país de los Matreros”, aunque tiene muchas más que son importantes, como las viñetas populares en las que describe muchas zonas de nuestra región.

Su manera de escribir era simple, clara y  se ajustaba siempre a la historia, además sus narraciones eran muy visuales, entonces el lector parece estar en los lugares que él describe. Contemporáneo de Sarmiento o Mitre, escribe ensayos sobre escritores representativos como Quiroga o José Ingenieros. Otra característica de este escritor era su gran sentido del humor, y eso también se traslada en sus viñetas, el cual usaba frases o refranes más que graciosas.

Su primer libro lo escribe en 1885, “Esmeraldas”, el cual se llama así debido al tono erótico de sus narraciones, aunque bien podemos decir que hoy en día de eróticas no tienen nada… Y si hasta acá no caes bien en quien es esta persona, quizás puedas darte cuenta cuando te diga que fue el creador de  ”Caras y Caretas” la célebre e histórica revista.

Muere muy joven, poco antes de cumplir 45 años, en Capital Federal en 1903;  y una de sus últimas expresiones se las realizó a su mujer a quien le dijo:” Yo soy duro como el ñandubay de nuestra tierra.  No me entra el hacha así nomás….Muero peleando…Mirá, m’hija, hay que jugarle risa a la vida”

Vía: Autores de Concordia