A lo largo de estas líneas te contaremos quién fue Benedicto XVI, teólogo alemán elegido como sucesor de Juan Pablo II en el papado de la Iglesia Católica, en el año 2005.
Joseph Ratzinger
Joseph Ratzinger, como en realidad es su verdadero nombre de pila, nació en el año 1927 en el seno de una familia de agricultores alemanes profundamente religiosos. Su padre ocupaba, además, el cargo de comisario de la gendarmería, valiéndose así como profesor de su propio hijo. Se cree que fue esto lo que desató en Benedicto su forma de ser tímida y retraída. Asimismo, fue su madre el miembro clave de la familia, quien ejercía tareas domésticas y estaba siempre al cuidado de sus tres hijos: Joseph, Georg y María.
Con tan solo 11 años de edad, ingresó en el seminario, lugar donde se lo obligó a inscribirse en las Juventudes Hitlerianas. A tal punto llegó su participación allí que debió combatir, en el año 1943, en la Segunda Guerra Mundial como miembro de una unidad antiaérea. Finalizada la guerra, no tardó en manifestar su descontento frente al «reino del ateísmo y la mentira que fue el nazismo».
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Tiempo más tarde retomó sus estudios de filosofía y teología, los cuales había comenzado en el ateneo de Munich y en la escuela superior de Freising, los cuales debió abandonar para formar parte del equipo de guerra. En 1951 fue ordenado sacerdote de manera oficial, años en los que dedicó sus días a la preparación de la tesis final de su doctorado: realizó un ensayo sobre San Agustín, el cual fue calificado de manera excelente.
Años más tarde, Joseph decidió dedicar parte de su tiempo también a la docencia, iniciándose como profesor de teología dogmática en el seminario de Freising, hasta que, finalmente, dos años después sería nombrado catedrático de la Universidad de Bonn (período 1959-1963). Con el paso de los años se fue convirtiendo en el teólogo más admirado y seguido por jóvenes curas, quienes habrían depositado en él su confianza y esperanza de buenas vibras.
El nombre de Benedicto XVI comenzó a ser popular y familiar en el entorno eclesiástico, a punto tal que salió del Concilio convertido en estrella. En el año 1977, Pablo VI lo nombra obispo de Munich, elevándolo al cardenalato. Años más tarde, más precisamente en 1981, Juan Pablo II lo nombró prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, institución que sucedía al Santo Oficio, de ingrato recuerdo.
Para el año 2002 ya era decano del Colegio Cardenalicio y todo parecía indicar que pediría su pronta jubilación, pero decidió aguantar porque se sentía en la obligación moral de tomar el testigo de un Wojtyla que estaba sometido a una marcha forzada.
Finalmente, a los 78 años de edad, en el año 2005, fue elegido como Papa de la Iglesia Católica con el nombre de Benedicto XVI, sucesor de Juan Pablo II, quien había fallecido ese mismo año luego de haber ocupado el trono de San Pedro durante veintiséis años.
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Todo indicaba que sería, al igual que sus compatriotas, un Papa de transición, pero médicos personales indicaron que su salud estaba en perfectas condiciones y que ostentaba una gran preparación que había merecido varios reconocimientos.
Finalmente, hacia el año 2013 y con la salud ya debilitada, Benedicto XVI renuncia a su cargo como Papa de la Iglesia Católica tras asegurar que «para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio es necesario el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que en los últimos meses ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado».
En marzo de ese mismo año, el cónclave eligió como nuevo pontífice al prelado argentino Jorge Mario Bergoglio, más bien conocido como el Papa Francisco, nombre que adoptó en honor a San Francisco de Asís.