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Quién fue el Rey Arturo

A lo largo de estas líneas intentaremos contarte hoy quién fue el Rey Arturo, cuya existencia muchos han puesto en duda. Algunos creen que sólo forma parte de un mito de la literatura franco inglesa pre-medieval, y para refutar algunas cuestiones es que estamos aquí redactando esta líneas.

 

 

La vida del Rey Arturo

Hemos intentado ir más allá de la simple figura mítica del Rey Arturo, descubriendo que no fue una invención literaria sino que verdaderamente nació en Inglaterra, más precisamente en Cornualles, luego de la caída del Imperio Romano, entre los siglos VI y IX.

De acuerdo a lo que cuenta la leyenda, Arturo fue hijo del Rey Uther Pendragon, y la Reina Gorlois de Cornualles, quien muere al poco tiempo de dar a luz a Arturo. El niño queda en manos de su padre, quien era repudiado por la familia de su mujer. Su hermanastra, Morgana, fue enviada a Avalon para estar al cuidado de sus tías.

Todo parece indicar que fue el Mago Merlín quien llevó a Arturo a Cornualles para poder enseñarle y adiestrarlo en sus estudios y artes de caballería. Habiendo crecido sólo un poco, Arturo fue requerido por otros reyes y nobles, habiéndolo entregado Merlín a un joven caballero inglés que ya tenía hijos. Así fue como Arturo pudo tener acceso a lo que eran los juegos infantiles con sus nuevos hermanos.Se fue criando y educando como un noble inglés de aldea.

A los 16 años de edad fue llevado por su padre a Londres para presenciar un lucha entre caballeros. Y fue eso lo que generó un cambio rotundo en su vida, a punto tal de pedir llegar a ser caballero en algún momento de su vida. Su padre no tardó en introducirlo como escudero de un amigo suyo; y fue en uno de esos encuentros de caballeros donde a Arturo se le asignó una premisa única: sacar una espada de un yunque que hacía años estaba allí y nadie lograba sacar. Se animó a presentarse y logró lo que nadie había logrado delante de un gran grupo de caballeros y nobles del lugar.

La leyenda que traía tras sí dicha espada decía lo siguiente:

«Quien pudiera sacar del yunque la espada lograba hacerse con el trono de Inglaterra».

Y así fue como sucedió: Arturo fue coronado Rey del Reino de Camelot por haber logrado sacar la espada del yunque. Tras crearse un nuevo reino, Arturo logró reunir a los mejores caballeros y soldados del lugar; también creó un consejo con los mejores caballeros próximos a su persona, como Percival o Lancelot.

Tiempo más tarde, ya siendo poseedor del trono, Arturo contrae matrimonio con Ginebra, una joven noble que vivía cerca del Reino de Camelot y que tiempo antes habría tenido algún romance con uno de los caballeros del Rey, Lancelot. Ambos guardaron el secreto, incluso después de los esponsales.

Arturo parecía estar muy enamorado y correspondía a su mujer con regalos y apremios, pero la realidad era que ella seguía enamorada de Lancelot, con quien volvió a encontrarse en secreto. Mientras tanto, su hermana Morgana se habría acostado con el Rey haciéndose pasar por Ginebra.

Y no tardó mucho en quedar en cinta tras dar a luz al único hijo del Rey Arturo: Mordred. Pero Morgana se llevó con ella al niño y lo crió lejos de su padre, en un bosque secreto, enseñándole pociones y magias secretas. El objetivo de Morgana era que su hijo logre matar a su padre, y se corone como nuevo Rey de Camelot. Y así fue: luego de haber aprendido las lecciones de su madre, Mordred se apoderó del trono de su padre mientras él se encontraba persiguiendo a Lancelot tras haberse enterado del romance con Ginebra. A su regreso, se encontró a Mordred en su lugar, con quien se enfrentó para conseguir el trono en la batalla de Camlann. Y se enfrentaron a punto tal de que Arturo consiguió matar a su propio hijo. Aún así, este lo habría dejado herido.

Poco tiempo después y solo, Arturo moriría. Su hermanastra Morgana se encargaría de los cuerpos de ambos. De acuerdo a lo que cuenta la leyenda, fue justamente ella quien ordenó que el cuerpo de Arturo fuera trasladado en barca por las orillas de Avalondonde lo recogería Merlín al otro lado de la orilla.

La leyenda celta del Rey Arturo ha traspasado fronteras e incluso las mentes de grandes y pequeños.