A lo largo de estas líneas te contaremos hoy quién fue la Malinche, una de las figuras femeninas más reconocidas y recordadas de la conquista de México. Me animo a decir que, quizá, haya sido la figura más nombrada de la época por ser una de las muestras más importantes de la “pedagogía” destinada a ningunear la resistencia que los pueblos originarios opusieron a los invasores.
Malinalí Tenépatl
Nacida en 1502, en Coatzacoalco, provincia de Paynalla en la región de Veracruz, Malinalli Tenépatl, conocida también como Malintzin y finalmente apodada Malinche, su nombre designa a la persona que tiene facilidad para hablar, a aquella que habla mucho y con animación. Hija de un cacique guerrero, el cual fallece siendo ella muy chica, entra en conflicto con su medio hermano -hijo de su madre y Maqueytan, nueva pareja de ella- porque él la desplaza de su herencia, declarándose como único heredero del territorio. Y no fue sólo eso, sino que además la vendió como esclava a un cacique de Tabasco.
Hernán Cortés invadió el sur de México, debiendo enfrentarse al pueblo tlascalteca y logrando diezmar el 20% de la tropa española. Los invasores se mostraron perdidos cuando se enteraron por boca de jefes indios que cada año [los aztecas] les demandaban muchos hijos e hijas para sacrificar y otros para servir en sus casas y sementeras y otras muchas quejas que fueron tantas que ya ni me acuerdo y que los recaudadores de Moctezuma les tomaban sus mujeres e hijas y las forzaban si eran hermosas.
Inmediatamente les ofreció alianza estratégica para ir contra los enemigos. Potochtlán y otros jefes de Tabasco, como muestra de buena voluntad, le entregaron a Cortés veinte doncellas, oro y mantas, y entre ellas estaba la Malinche, a quien él le impuso el bautismo cristiano con el nombre de Marina.
La nueva doncella hablaba nahua y maya; durante los primeros tiempos siendo Marina, aprendió a hablar en la lengua de Castilla, pero hasta ese entonces, Jerónimo de Aguilar se encargaba de las traducciones para que pudiesen entenderse. La Malinche fue una de las amantes de Cortés, con quien todo parece indicar que tuvo un hijo al que llamaron Martín en honor al padre conquistador.
Fueron muchos los rumores y las historias que se han ido formando en torno a Cortés y la Malinche, pero la realidad es que la relación no fue para nada amorosa. Todos los testimonios coinciden en las fieles muestras de amor por parte de la muchacha, y todo lo contrario de parte del conquistador.
Una de esas muestras de «desamor» por parte de Cortés puede verse en el momento en que él se la «obsequia» a Alonso Hernández Portocarrero. Cuando Cortés enviudó de Catalina Juárez Marcaida, todos esperaban que se concretara su boda con doña Marina, la Malinche, pero el rumbo cambió: la hizo casar con su colaborador Juan Jaramillo. De la unión nació una niña llamada María.
A los pocos meses de que la Malinche diera a luz, una epidemia de viruela azotó a la ciudad de México y acabó con su vida. Tenía tan sólo 27 años de edad, pero tantas cosas había pasado que parecía haber vivido un montón. La Malinche no fue más “traidora” que los miles de guerreros totonacas, tlaxcaltecas y otomíes que permitieron a los españoles conquistar la ciudad de México-Tenochtitlán y destruir así el centro del imperio de Moctezuma.