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Química en acción – Descalcificación de un hueso

¿Cómo funciona un extintor? ¿Por qué el nitrógeno líquido puede achicar un globo inflado? ¿Cómo creamos tinta invisible? ¿Cómo reconocemos un huevo duro de uno crudo? Estos y muchos más misterios de la química y la física se resolverán en esta nueva sección de “Química en acción”. Hoy veremos la forma para hacer que un hueso sea totalmente flexible.

Para ellos vamos a necesitar: huesos de pollo cocidos y limpios, vinagre y un frasco de vidrio. El procedimiento es muy sencillo. Se toma el frasco de vidrio, se coloca el hueso en su interior y se lo llena de vinagre, tapándolo al final. Se debe dejar reposar el frasco por al menos una semana, cambiando el vinagre al menos una vez. Al finalizar la semana, veremos que el hueso ha adquirido una consistencia gomosa, ha cambiado su color, y es sumamente fácil doblarlo con las manos.

Démosle una explicación química a este fenómeno. El 70% de la estructura ósea está compuesto por sustancias inorgánicas: minerales, agua y sales cálcicas (fosfatos de calcio y carbonatos). Estas sustancias son las responsables de la dureza de los huesos. El 30% restante, está formado por sustancias orgánicas, como son el colágeno y tejido conectivo. Al colocar el hueso en vinagre, se produce una reacción química mediante la cual todo el calcio es extraído del hueso, para reaccionar con el ácido acético presente en el vinagre y forma acetato de calcio soluble en agua.

CaCO3 + 2 CH3COOH   —————– > Ca(CH3COOH)2 + CO2 + H2O

Dicho de otra manera, el vinagre se roba todos los minerales presente en el hueso, perdiendo éste toda su rigidez; ya que el tejido óseo que queda es blando. Debe saberse, que esta descalcificación sólo se da cuando el contacto entre el hueso y el vinagre es directo. NO cuando ingerimos vinagre, ya que se transforma en otras sustancias durante la digestión.