La importancia de disponer de aire limpio y sin contaminar en el ambiente de trabajo industrial, es la base para el cuidado de aquellos que trabajan en el lugar.
En las plantas industriales se emplean dos tipos generales de sistemas de ventilación. Los sistemas de impulsión se utilizan para impulsar el aire, habitualmente templado, a un local de trabajo. Los sistemas de extracción se emplean para eliminar los contaminantes generados por alguna operación, con la finalidad de mantener un ambiente de trabajo saludable. Un programa completo de ventilación debe incluir tanto la impulsión como la extracción.
Los sistemas de ventilación por extracción se clasifican en dos grupos genéricos: los sistemas de extracción general y los sistemas de extracción localizada.
Los sistemas de extracción localizada se basan en el principio de capturar el contaminante en, o muy cerca, de su origen. Es el método de control más eficaz, y además, al trabajar con caudales pequeños tiene bajos costos de funcionamiento.
Los sistemas de extracción localizada están compuestos por los elementos de captación (campanas), los conductos (incluyendo la chimenea de salida y/o el conducto de recirculación), el depurador y el ventilador. El elemento de captación atrapa el contaminante en una corriente de aire. El depurador separa el contaminante del aire. El ventilador ha de vencer todas las pérdidas debidas al rozamiento, la entrada a la campana y las uniones de conductos y, al mismo tiempo, producir el aire de caudal previsto.