De un tiempo a esta parte, hemos encontrado una clasificación bastante exhaustiva de los volcanes, por ello es que a lo largo de estas líneas encontrarás información acerca de los diversos tipos de volcanes vigentes.
Qué son los volcanes
Antes de comenzar a detallar uno a uno los tipos de volcanes en vigencia, comenzaremos diciendo que la lava interior de los mismos no siempre es expulsada al exterior de la misma forma: a veces sale de manera violenta, otras veces realizando grandes explosiones y masas de humo. También suele derramarse con suavidad.
Dicho esto es posible determinar ahora que, dependiendo de la temperatura de los magmas de los volcanes y de los productos volátiles que acompañan a las lavas, los volcanes pueden ser de los siguientes tipos:
- HAWAIANO. En este caso, las lavas resultan muy fluidas y no hay desprendimiento gaseoso explosivo. La lava desbordará cuando rebasa el cráter y se desliza con mucha facilidad, formando corrientes a grandes distancias.
- ESTROMBOLIANO. Aquí también hay lava fluida, con desprendimientos gaseosos violentos. Debido a que lo gases se desprenden con cierta facilidad, no se evidencias las cenizas.
- VULCANIANO. En este tipo de volcán se desprenden grandes cantidades de gases de un magma de poco fluido; sus explosiones son muy fuertes y pulverizan la lava. Cuando la lava sale al exterior se consolida rápidamente, pero los gases que se desprenden rompen y resquebrajan su superficie, que por ello resulta áspera e irregular.
- VESUBIANO. Aquí la presión de los gases es tan fuerte que las explosiones que se generan resultan ser muy violentas. Las nubes ardientes que se forman precipitan en forma de cenizas cuando se enfrían.
- FREATOMAGMÁTICO. Estos volcanes se encuentran en aguas muy poco profundas, como mares o lagos. En el interior de su cráter pueden llegar a formar un lago y, en ocasiones, llegan a formar atolones. Las erupciones de este volcán son muy violentas y con fragmentos sólidos. El magma es poco viscoso y basáltico.
- PELEANO. Este volcán es característico de la Isla Martinica, habiendo erupcionado en el 1902. Su lava es extremadamente viscosa y se consolida con gran rapidez, llegando a tapar por completo el cráter.