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Pasado y presente en educación.

Hace poco más de un siglo, el romanticismo reivindicaba a la sociedad medieval idealizando las bondades de la vida comunitaria. Es así como se comenzó a valorar aquello que en la actualidad se conoce como cultura popular. Como resultado, el iluminismo se propuso llevar al pueblo las luces de la razón para así llevarlo a las alturas del conocimiento del entendimiento. “El  modelo de hombre que promueve el iluminismo es el hombre Hommete homme que no debe ser traducido como honesto u honrado sino como “decente”, es decir, “gente de condición” que necesariamente habría de ser un homme eclaire (ilustrado)”

La escuela como maquina de educar.

Lo que el autor intenta es dar las bases históricas sobre las cuales se fueron estructurando las concepciones que dieron lugar a la idea de la educación. Lo que los iluministas planteaban era la capacidad democratizadora de la educación. Ellos suponían que esta capacidad y la garantía de su permanencia pasarían por la educación del soberano.

En el concepto iluminista de la educación se remite a que los hombres sean conducidos al mundo de las luces. “Iluminar” de alguna manera significaba acabar con el régimen anterior y preparar a las personas para la llegada de un mundo de hombres libres. Es el Estado el que asumiría la tarea educadora en función de la construcción del nuevo mundo. “El ciudadano debe desplazar al súbdito y en ella la educación debería ayudar a hacer la historia y no meramente a narrarla”

Con el correr del tiempo las posturas iluministas fueron calando profundamente en la concepción moderna de la educación. Pineau, Caruso y Dussel presentan la idea de que el mejor momento para tener una perspectiva amplia en relación al pasado y al futuro es cuando hay crisis y cambios. Ellos cuestionan que el futuro es incierto ya que se lo construye, en cambio, al pasado se lo puede analizar a partir de indicios firmes.

Se presenta al sistema educativo como una construcción del periodo de institucionalización de la modernidad europea. Ahora bien ¿en qué consistió esta institucionalización de la educación moderna? Pineau presenta la escuela como una apuesta política y cultural. La misma estaba asociada a la clase alta, era prácticamente una dependencia de la universidad y por tanto dirigida a un segmento acotado de la población. “La escuela moderna nació como “una maquina de educar”, una tecnología replicable y masiva para aculturar grandes capas de la población, similar a las maquinas tejedoras que empezaban a producir textiles en masa”

En la actualidad hay algo de discusión en cuanto al rol que cumple la escuela en la formación para el trabajo. Aunque la escuela debe ser el lugar en el que los alumnos se forman para muchas cosas más que el empleo, este siempre aparece y juega un papel determinante.

Fernández Enguita plantea que esta discusión es superficial, ya que los enseñantes harían bien en intentar conectar su lucha por una formación polivalente con la de los trabajadores contra la degradación de su trabajo. Cuando se habla de formación polivalente se alude a una formación que capacite para desempeñarse en diferentes puestos de trabajo. “Se trata de una formación que capacite para realizar empleos cualificados y sobre todo para comprender las bases generales, científico-técnicas y socioeconómicas de la producción en su conjunto; que reúna la adquisición de habilidades y destrezas genéricas y especificas con el desarrollo de capacidades intelectuales y estéticas, que unifique, en definitiva, formación técnica y practica”