Como temático del día domingo en Neet hablamos de festividades. La primera que se me viene a la mente es la Navidad, que pasamos hace poco, el 25 de diciembre como todos los años. En esa ocasión celebramos el día del Nacimiento del Niño Jesús para los cristianos. Pero también los festejan aquellos que no creen en nada. ¿Cómo es esto? Y es que la Navidad se ha transformado en un día comercial si se quiere. Yanquinizamos la Navidad. No sólo armamos el pesebre que representa la verdadera esencia de la Navidad. También armamos el arbolito, le escribimos cartas a Papa Noél, ese personaje gordo vestido de rojo que anda por la nieve en un trineo tirado por renos. Pero en esta parte del mundo, en Argentina, no hay nieve en Navidad. Tomamos costumbres que no nos pertenecen. Sin ir más lejos ¿cuál es la explicación de comer nueces, almendra, maní, chocolate y mantecol en una época tan calurosa cómo el verano? Estos alimentos están llenos de calorías que hacen aumentar nuestro metabolismo basal y por ende el calor interno de nuestro cuerpo. Eso no es bueno en verano cuando la termperatura ambiente está más alta en comparación al resto del año y nos cuesta más perder calor. Corremos el riesgo de deshidratarnos en el afán por eliminar todas esas calorías que ingerimos en Navidad.
Otro punto importante son los fuegos artificiales, que nada tienen que ver con el nacimiento de Jesús. Esa no es la manera de honrarlo. La manera de venerar al hijo de Dios es imitando su imagen lo más posible, ser cada vez mejor persona y esforzarnos para lograrlo. Además es por todos sabido que los fuegos de artificio son muy nocivos y dejan una gran cantidad de heridos por quemaduras en esos días festivos. Así que tratemos de pensar realmente qué festejamos, porqué lo hacemos y de qué manera. Le daremos más sentido a nuestras fiestas si meditamos sobre ello.