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Uso social de las tecnologías de la información y la comunicación

TIC

La sociedad de la información, según la ONU

La difusión social de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ha crecido rápidamente durante los últimos años y todo indica que este proceso va a seguir. Ante el escepticismo y las críticas de hace una década, actualmente se acepta que las TIC están produciendo una profunda revolución tecnológica, comparable a las suscitadas por la escritura, la imprenta o la industrialización. Se habla de sociedad de la información (SI), ya que casi todos los países han promovido planes y programas para fomentarla; hay sistemas de indicadores para medir el grado de desarrollo de la SI e incluso la ONU organizó una Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CMSI, Ginebra 2003 y Túnez 2005) en la que participaron gobiernos de todos los países del mundo, asociaciones internacionales, empresas y corporaciones del sector TIC y, lo que es más importante, representantes de las sociedades civiles de los cinco continentes. En dicha Cumbre Mundial se reconocía que “Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) tienen inmensas repercusiones en prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas. El rápido progreso de estas tecnologías brinda oportunidades sin precedentes para alcanzar niveles más elevados de desarrollo. La capacidad de las TIC para reducir muchos obstáculos tradicionales, especialmente el tiempo y la distancia, posibilitan, por primera vez en la historia, el uso del potencial de estas tecnologías en beneficio de millones de personas en todo el mundo.”

No cabe duda de que las TIC están produciendo una gran revolución tecnológica. Sin embargo, los debates se centraron en las desigualdades que la expansión mundial de dichas tecnologías han generado (la brecha digital) y en el modo de evitarlas o paliarlas. Se formularon principios generales para impulsar una sociedad de la información integradora y se acordó un Plan de Acción que, aunque apenas ha sido puesto en funcionamiento, indica el alto grado de aceptación que la emergencia de la sociedad informacional (Castells, 1996-1998) ha tenido en todo el mundo, sin perjuicio de las críticas al modo en que surgió y evoluciona. A partir de esto, se pretende reorientar dicha evolución, de modo que nadie quede excluido de la sociedad de la información y todas las personas puedan participar en ella en igualdad de condiciones.

Con este papel central, según la Cumbre Mundial, debe promoverse el empleo de las TIC en todos los niveles de la educación, la formación y el desarrollo de los recursos humanos, teniendo en cuenta las necesidades particulares de las personas con discapacidades y los grupos desfavorecidos y vulnerables.

En primer lugar, se trata de desarrollar nuevas capacidades, tanto para las personas como para las instituciones; no sólo se trata de adquirir información o conocimientos, sino de poder participar activamente en la nueva modalidad de sociedad. Las TIC generan nuevas capacidades de acción, que todas las personas han de adquirir. No estamos ante una revolución científica en el sentido de Kuhn, que cambia nuestra concepción del mundo, sino ante una revolución tecnocientífica (Echeverría 2003) que modifica las prácticas humanas, incluida la vida cotidiana.

En segundo lugar, los sistemas educativos han de incluir entre sus objetivos la adquisición de esas «capacidades TIC«, que son varias y diversas. Por tanto, la apropiación social de las TIC debe tener lugar desde la infancia, lo cual no está muy lejos de ser una realidad en los días que corren hoy.

En tercer lugar, el desarrollo de las capacidades TIC, no sólo ha de producirse a nivel individual, también tiene una faceta institucional y colectiva. Dicho de otra manera, las instituciones y organizaciones han de hacer suyas las TIC, así como las diversas comunidades culturales, lo que implica una profunda transformación social. En términos generales, se propone estudiar si los diversos colectivos humanos se apropian o no de las TIC y, además de conocerlas y tenerlas, las utilizan de manera efectiva y competente en sus actividades conjuntas. De lo contrario, se piensa que se produciría una forma específica de brecha digital, que afectaría al colectivo ajeno a las TIC. En la medida en que el sistema tecnológico TIC impregne la mayoría de las relaciones e interacciones sociales cabe hablar de sociedades de la información en el sentido fuerte del término. Sin embargo, un objetivo así difícilmente puede ser logrado si las TIC no tienen aceptación social y son utilizadas como instrumentos de dominio de unas culturas sobre otras. La apropiación social requiere una apropiación cultural. Esta es la conclusión final de a la que se llega con este debate, que produce controversias y debates. Como toda reflexión, tiene sus puntos positivos y negativos, en consideración de cada punto de vista particular. Debemos determinar o  manifestar el propio de cada uno, contribuyendo a una mejora social, educativa y cultural, entre otros.

Vía: Scielo