Encomienda, Mita y Yaconazgo

Como bien sabemos, al “descubrimiento” de nuestro continente, le sucedió la conquista; en otras palabras, el control político del territorio.

Los historiadores coinciden en que si bien las guerras de conquista y enfermedades produjeron estragos en la población de los nativos, el trabajo forzoso fue un factor fundamental para la disminución demográfica. Como dato contundente que demuestra esto podemos decir, que cuando llegaron los conquistadores, la población indígena variaba entre 20 y 40 millones, y hacia 1800 sumaban poco más de 18 millones (incluyendo europeos, aborígenes y negros).

Los tres tipos de trabajo indígena que crearon y desarrollaron los conquistadores fueron: encomienda, mita y yaconazgo.

La primera consistía en la cesión de un grupo de aborígenes a un español, llamado encomendero, para que se encargara y cobrara para sí los tributos que aportaban los indígenas mediante su trabajo. El encomendero a cambio, debía cuidarlos, proveerle vestimenta, alimento, y adentrarlos en la fe católica.

La mita, afectaba a los mitayos o veceros. Era un tributo ocasional en trabajo para el bien público que se utilizaba activamente durante el Imperio Inca. Es decir, cada comunidad estaba obligada enviar un grupo de trabajadores y darles alimentos y transporte durante la duración de la mita.

Posteriormente de la conquista española de 1574, este sistema fue reformado para favorecer la explotación minera, forzando a los indios adultos a concurrir a las minas de Potosí, las cuales quedaban a distancias enormes (a veces superando los 1000 km). Los caciques de los pueblos eran los encargados de organizar todo lo referente a la mita, y los mitayos viajaban con sus familias y recibían un salario siempre muy escaso; el trabajo era muy duro y estaban expuestos a vapores tóxicos del mercurio, utilizado para tratar la plata.

La Mita colonial

Por último, el yaconzgo era una institución Inca que se abocaba al sometimiento de la servidumbre al servicio del emperador o Inca. Generalmente eran sometidos a esta condición los prisioneros de guerra, los rebeldes, los fugitivos de la mita que eran capturados, o quienes no podían ser identificados con alguna comunidad.

Estos eran las explotaciones laborales más comunes hacia los pueblos originarios, que derivaron en la muerte de la mayoría de los indígenas por los malos tratos, contagio de enfermedades o trabajo extremadamente forzoso.

Vía: www.portalplanetasedna.com.ar