La extracción de un constituyente soluble de un sólido por medio de un disolvente se denomina extracción sólido – líquido o lixiviación. Este proceso puede utilizarse para la producción de una disolución concentrada de un material valioso, o para eliminar de un sólido insoluble un material soluble que lo está contaminando. El método utilizado para la extracción estará determinado por la proporción del componente soluble presente, su distribución en el sólido, la naturaleza de dicho sólido y el tamaño de partícula.
Si el soluto se encuentra uniformemente disperso en el sólido, se disolverá en primer lugar el material próximo a la superficie, dejando una estructura porosa en el sólido residual. El disolvente deberá penetrar entonces a través de esta capa antes de alcanzar más material soluble, resultando el proceso cada vez más difícil y disminuyendo la velocidad de extracción. Si el soluto constituye una gran proporción del sólido, esta estructura porosa puede deshacerse casi inmediatamente para dar un fino depósito de residuo insoluble, no impidiéndose de esta forma el acceso del disolvente al material soluble. Generalmente el proceso puede considerarse en tres partes: en primer lugar, el cambio de fase del soluto al disolverse en el disolvente; en segundo lugar su difusión a través del disolvente existente en los poros del sólido, hacia el exterior de la partícula; finalmente, la transferencia del soluto desde la disolución en contacto con las partículas hacia la masa principal de la disolución. Cada uno de estos tres procesos puede limitar la velocidad de extracción, pero el primero de ellos suele tener el lugar tan rápidamente que tiene un efecto despreciable sobre la velocidad global.
La selección del equipo para un proceso de extracción depende de los factores responsables de la limitación de la velocidad de extracción. Así, si la difusión del soluto a través de la estructura porosa de los sólidos residuales es el factor que controla dicha velocidad, el material debe ser de pequeño tamaño para que la distancia que deba recorrer el soluto sea pequeña. Por otra parte, si la difusión del soluto desde la superficie de las partículas hacia la masa de la disolución es suficientemente baja para controlar el proceso, será necesario un alto grado de agitación del fluido.
En “Extracción sólido – líquido (II)” se enumeran cuatro factores fundamentales que han de tenerse en cuenta.