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Los médicos originariamente eran hechiceros

Rituales para combatir enfermedades

Los médicos originariamente eran hechiceros. Los primeros hombres que sabemos eran físicamente similares al hombre moderno son conocidos como Hombres de Cro-Magnon. Éstos eran de estructura grande, de cuerpo erguido, brazos y piernas importantes y cabeza grande. A diferencia de sus predecesores, primitivos y salvajes que eran bajos y rechonchos, de piernas torcidas, frente prominente y pera hundida.

El hombre de Cro-Magnon nos da la primera prueba de la existencia de un médico, por supuesto muy diferente al actual. Pero la pauta de la existencia de cierto tipo de medicina en esos tiempos está dada por la actitud de estos hombres de Cro-Magnon en relación a la persona que enfermaba. Antes, los hombres primitivos que enfermaban eran dejados de lado y, más aún, se les quitaban sus pertenencias, sus ropas y armas y se los dejaba despojados hasta que morían y ni siquiera los enterraban. El fuerte se aprovecha del débil en pos de su propia supervivencia. En cambio el hombre de Cro-Magnon se caracterizó por la caridad, la ayuda al más vulnerable y necesitado, principio básico de la medicina.

Por supuesto que el tipo de medicina que prácticaban era, por cierto, bastante precaria. Se basaban en los principios mágicos. Creían que las enfermedades o dolencias estaban causadas por seres ocultos, espíritus malignos que acechaban contra su población. Por eso la figura del médico estaba representada por el hechicero, un hombre que tenía la capacidad, habilidad o don, de espantar a esos espíritus productores de enfermedad. Los atuendos que el supuesto médico utilizaba dan cuenta de ello. Se vestía con pieles de animales, llevaba amuletos como patas de conejo o dientes de ajo, muchos de ellos aún utilizados en algunos lugares por la superstición. La liberación de la enfermedad a un paciente constituía un ritual único donde el hechicero saltaba, gritaba, cantaba alrededor del enfermo.

Para ellos no era superstición, porque realmente creían y estaban convencidos de que a través de estos elementos, de hechizos y conjuros iban a ser librados del mal que lo atacaba. Hoy en día la utilización de estos elementos es pura superstición pues bien sabemos que las enfermedades no son provocadas por seres del mal, está cientificamente comprobado. Sin embargo, los hechiceros persisten en la actualidad en cualquier lugar del planeta donde siga habiendo pueblos primitivos que no han evolucionado en varios aspectos incluidos las costumbres con respecto a la práctica de curar.