Para hablar acerca de qué es la ebullición debemos partir de la base que el término es un sinónimo de lo que vulgarmente llamamos «hervor», derivado del verbo hervir. Proveniente del latín «ebullitio», la ebullición ocurre cuando un líquido alcanza su punto máximo de hervor, generándose burbujas en la superficie debido al calor o la fermentación. Ampliemos.
Punto de ebullición del agua
En términos más complejos, podemos considerar a la ebullición como un fenómeno físico a través del cual un líquido cambia de estado, convirtiéndose en gaseoso. Ese cambio ocurre cuando la temperatura de todo el líquido alcanza su «punto de ebullición» a una determinada presión. Ese «punto de ebullición» es la temperatura a la cual la presión de vapor resulta ser igual a la presión del medio que rodea al líquido (100ºC).
Este proceso ha sido utilizado hace miles de años para llevar a cabo la esterilización del agua; la misma era sometida a un proceso de hervido con el objetivo de eliminar todo tipo de microorganismos o bacterias allí presentes, capaces de producir infecciones y virus. Ha sido este el proceso de purificación el que más provecho le ha sacado a la ebullición como tal.
No hay que olvidar que se ha hecho uso de la ebullición en el ámbito científico, ya que se requiere de la esterilización de objetos y herramientas que serán luego utilizados en procesos de investigación. Así es como se evita que los materiales o recipientes se contaminen y las tareas y análisis realizados se echen a perder.
Podríamos decir también que la ebullición es el proceso contrario o inverso a la condensación, de modo que este último refiere al paso de una sustancia en estado gaseoso a estado líquido.
EBULLICIÓN y EVAPARACIÓN no son sinónimos; no es lo mismo. La evaporación es un proceso mucho más lento y no requiere del calentamiento completo de la masa.