14 mujeres dedicadas a ser madres y amas de casa se encontraban hace 30 años atrás en una plaza: La Plaza de Mayo. Esté día la plaza no estaba muy concurrida, y seguramente nadie sabría que ese día nacería uno de los movimientos sociales más importantes de la historia mundial.
¿Por qué nace esto?, porque en este país, la oscuridad y la muerte andaban por las calles asechando a quienes querían y luchaban por la vida; esto había comenzado hace años atrás cuando una serie de dictaduras, con hombres malvados a la cabeza, se esparcían por todo Latinoamérica, y Argentina no era la excepción.
Estos verdes oscuros arrebataron y tumbaron el gobierno en 1955, y un año después secuestrarían a decenas de almas libres, quitándoles sus sueños, sus amores y sus pasiones. Uno de los fusilamientos más conocidos fue el de los basurales de José León Suárez, la Operación Masacre, que tan bien pudo contar Rodolfo Walsh. Pues esta historia aun empezaba…
Perseguidos por los fantasmas del socialismo que triunfaban en Cuba, los militares argentinos temieron que la revolución se contagiara y más que nunca gatillaron sus armas. De este modo la censura, los gobiernos derrocados, la muerte y las calles grises crecían. Frente a estos escenarios surgieron revolucionarios apasionados como el Che Guevara, o las resistencias como el Cordobazo, el Rosariazo y la juventud se movilizaban y resistían al silencio y al miedo, queriendo liberar a esa democracia que estaba encarcelada hace mucho tiempo.
En 1973 Perón gana las elecciones, pero cuando muere 8 meses después y asume su esposa Isabel, el escenario se tornaba el ideal para las mentes perversas. En ese entonces nace el gran monstruo: La triple A – Alianza Anticomunista Argentina-, este escuadrón de la muerte era un grupo paramilitar que se creía con licencia para matar; los fusilamientos lamentablemente se volvieron moneda corriente, obreros, sindicalistas, intelectuales, estudiantes, artistas y morían día a día, y con ello también la libertad se desvanecía y haciéndose más fuerte la dictadura militar.
Para saber cómo es esta, solo basta con imaginar que todos los días personas morían, que todos los días el miedo andaba por las calles, que todos los días todo se volvía más confuso… esto pasó en el año 1976, y paradójicamente se lo llamó Proceso de Reorganización Nacional. El comunicado número uno que los militares emitieron decía:
Se comunica a la población que, a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la Junta de Comandantes Generales de las FF.AA. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las disposiciones y directivas que emanen de autoridad militar, de seguridad o policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones.
Y todo se volvió mas perverso aún, los fusilamientos ya no acontecían a la luz del día, sino que las personas desaparecían; se las secuestraba y ya no se sabía más de su paradero, con ello la incertidumbre y la desesperación de sus familiares no tenía consuelo, y los militares pensaban que al no haber cuerpos de nada se los podría culpar: la muerte ahora era clandestina y cotidiana.
Pero ese día en que esas mujeres fueron la plaza a pedir por sus hijos, una historia nueva, una bocanada de esperanza y un pañuelo blanco –de paz- nacía. Era casi natural, tanto las madres como los padre de los desaparecidos recorrían hospitales, juzgados, comisarías buscándolos, pero al poco tiempo los padres tuvieron que volver a la rutina del trabajo, en cambio las madres –casi todas amas de casa- dedicaron el tiempo y los esfuerzos a la búsqueda imparable e implacable.
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De a poco estas mamas comenzaron a conocerse y a unirse en una misma lucha: la de la verdad y la unión; y sin respuesta alguna una madre alzo la voz y dijo: vamos a la Plaza de Mayo a pedir por nuestros hijos, y así las demás siguieron a Azucena Villaflor en su iniciativa. La primera vez que se reunieron fueron 14, un sábado 30 de abril de 1977, posteriormente, con la creencia de que los viernes era un “día de Brujas” empezaron a encontrarse los jueves. La policía desconfiaba, ya que por el estado de sitio no se podían reunir mas de 3 personas, de este modo quedaron expuestas, y los de gorra les ordenaron que circulen… entonces comenzaron a caminar alrededor del monumento a Belgrano, en sentido contrario a las agujas, en sentido contrario a la muerte y al silencio. Todos los jueves marchaban y la plaza se volvió de las madres.
Gran parte de la sociedad prefería mirar para otro lado, pero ellas seguían en su búsqueda; en 1977 se suman a la peregrinación a Lujan y para reconocerse entre ellas decidieron ponerse un pañal blanco –de tela- en sus cabezas; ese día, posteriormente el pañal se sustituiría por un pañuelo blanco, así nacería el símbolo de estas madres.
Después de pasar por muchas tragedias, como la muerte y desaparición de integrantes, las madres seguían denunciando la dictadura… con esto ocurrencias audaces surgían, como la idea de que cuando una iba presa, todas se presentaban a la comisaria y pedían que las apresara también.
En 1979 llego al país la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y las madres decidieron crear la Asociación Madres de Plaza de Mayo, ya que si todas estaban en peligro, esta era la única salida para mantener viva la lucha. De este modo siguieron planeando sus búsquedas y sus denuncias, con códigos propios, ideas, planificación y mucho coraje.
Después de muchas muertes y años oscuros, en el 82 de la mano de Alfonsín llego la democracia al país; se formo la CONADEP comisión nacional para la desaparición de personas, aunque las madres seguían recorriendo las calles. También por esos tiempos se hizo el juicio a las juntas, pero solo hubo don condenados a cadena perpetua: Videla y Massera; no obstante las señoras de pañuelo blanco, las madres y abuelos de todos, siguieron luchando por mas justicia.
Hasta el día de hoy las Madres y abuelas de Plaza de Mayo siguen con sus consignas bien altas, han recuperado la identidad de ciento de nietos; la última nieta recuperada es la número 107, y con la expectativas de restituir mas identidades las abuelas van a celebrar en el 2012, 35 años de búsqueda, de justicia, de coraje y de amor por la vida…
Vía: La Vaca