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¿Cómo actuaba la escuela sobre el conflicto con Malvinas?

Hoy 2 de abril es un día importante para los argentinos, ya que se conmemora el Día del veterano de guerra y los caídos en Malvinas, enfrentamiento bélico ocurrido en 1982. Como es pertinente a nuestra sección educativa, no podemos no obviar el hecho de ¿Cómo actuaba la escuela sobre el conflicto con Malvinas?

Situémonos imaginariamente en ese año, en esa situación, en esa sociedad… como yo aun ni había nacido me puse a leer algunas notas o entrevista a jóvenes  e incluso preguntarle a mis padres y hermanos que por ese entonces concurrían a la escuela, para hacerme un panorama un poco más certero sobre esa situación.

Bajo el discurso oficial de “recuperamos las Malvinas” o “ganamos la guerra”  la sociedad toda estaba engañada por una propaganda y discurso desde el poder que garantizaba que la guerra era para recuperar las Malvinas y que nuestro país la ganaría acorde a todo lo que contaba para hacerlo (desde soldados hasta armas…).Este fervor nacional y de optimismo no solo se reproducía en los medios, sino que también se pregonaba en instituciones como son las educativas.

Imaginen que quizás los grandes comprendían algo –quizás no por la desinformación del momento-, pero los más chicos, aquellos que iban a la escuela entendían poco y nada sobre la situación, por eso desde muchos sectores educativos esto se vivía como una hazaña y un momento histórico único.

Muchos cuentan que los profesores les pedían a sus alumnos que dibujaran imágenes de la guerra o escribieran cartas a los soldados para enviárselas con chocolates. Los que vivieron esa etapa en la escuela recuerdan el patriotismo y fervor que se vivían en las calles, con las plazas y los comercios llenos de banderas argentinas y muchas campañas donde los civiles entregaban joyas, dinero, ropa –entre otras pertenencias- para colaborar con los soldados.

Algunas de las cartas que los chicos les enviaban a los soldados…

Desde la escuela a los chicos se les enseñaba o “informaba” sobre el tema en medio de relatos entre míticos e inocentes, donde se pensaba que la guerra –antes incluso de empezar- ya estaba ganada. La guerra se experimento de modo diferente de acuerdo a las regiones del país, pero mis padres me contaban que incluso en algunos lugares que se pensaban como objetivos militares, a los chicos se les enseñaba mediante simulacros a actuar frente a bombardeos o un ataque militar.

Del mismo modo la escuela promovió una serie de actividades para solidarizarse con los patriotas que estaban en la guerra, también es ahora un hecho que aquellas provisiones o cartas nunca llegaron a destino. En el aula el tema era recurrente, se profundizaron los rituales patrios y se hablaba mucho sobre la patria, el estado y el ser argentino.

Las tapas de las revistas mas famosas mostraban un discurso ganador.

Como se puede observar, el aula funcionó también como una perpetuación del engaño a la sociedad; tanto medios de comunicación como instituciones y obviamente el gobierno nacional, promovían las virtudes de la guerra y festejaban un triunfo inexistente. En medio de eso miles de jóvenes soldados morían y otros tantos hasta el día de hoy pagan las consecuencias de haber estado involucrados a tan corta edad en algo tan cruento y desorganizado, donde el estado hasta el día de hoy no les ofrece el amparo, tratamiento e indemnizaciones adecuadas.