El proceso de formación de un fósil de un dinosaurio, por ejemplo, pareciera ser una secuencia bastante sencilla de prever: a medida que se va avanzando en él, muchos ejemplares se van perdiendo como así también la información sobre ello. En otras palabras, podemos decir que no existen restos fósiles de todos los dinosaurios que habitaron nuestras tierras porque en cada etapa comprendida entre las especies vivas y el descubrimiento de los fósiles de los ya extinguidos, muchos especímenes se pierden. A lo largo de estas líneas hablaremos hoy sobre el proceso de fosilización, sus pro y sus contras. Veamos.
Fosilización
Como decíamos en el párrafo anterior, a medida que se va desarrollando el proceso de fosilización de una especie a extinguida, la información sobre su anatomía se va perdiendo; no es igual la anatomía del animal con vida que la que se encuentra luego de años de búsqueda para su reconstrucción. En realidad, son muy pocas las probabilidades de que un animal pueda conservarse como tal en sus restos fósiles, pero aún así se han logrado recopilar una gran cantidad de fósiles de dinosaurios de todos los tiempos.
El proceso de fosilización permitió demostrar que fueron muchas las especies de dinosaurios que habitaron nuestras tierras hace millones de años atrás, y siempre queda la esperanza de poder hallar más. Seguramente te preguntarás cómo han llegado los arqueólogos a obtener dichos restos, y para ello analizaremos algunas cuestiones básicas de los cuerpos muertos.
Probablemente, los cuerpos de los dinosaurios hayan quedado tendidos sobre la tierra seca y algún grupo de animales carroñeros quitaron toda la carne de los huesos. Luego, otro grupo de organismos más pequeños pasarían a eliminar todo tipo de tejido blando e incluso, puede suceder que algunas bacterias comiencen a deteriorar los propios huesos. Así es como, en la mayoría de los casos, el esqueleto acabaría por reducirse a la nada bajo el ataque de los carroñeros, los desintegrados y otros elementos propios de la naturaleza.
No obstante, son los huesos los que tienen mayores probabilidades de quedan tendidos sobre el barro y la arena. Esto llevaría a evitar la descomposición total del cuerpo y hasta permitiría mantener algunos huesos unidos.
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Para que el proceso de fosilización se pueda llevar a cabo de manera correcta, es necesario que el cuerpo de un dinosaurio muerto sea atacado por depredadores y sólo queden los huesos del animal sobre la tierra. De lo contrario, si el esqueleto acaba en zonas de depósito de sedimentos como ríos, bancos de arena o campos de dunas, lo más probable será que el mismo acabe enterrado a varios metros de profundidad sin permitir su análisis. De hecho, muchos esqueletos de dinosaurios se han perdido de este modo.
Innumerables desastres naturales y alteraciones de la corteza terrestre, como terremotos y erupciones volcánicas, deben haber destruido una gran cantidad de restos fósiles.