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Fiestas extranjeras y su educación

Es miércoles y por eso pensamos la educación, y siendo que se acerca San Valentín y vemos corazones, flores y frases de amor por todos lados es que nos pusimos a pensar cómo influyen las fiestas extranjeras y como las vamos resignificando como propias.

No podemos negar que muchas fiestas que tienen su origen en algún otro país, hoy están copando nuestras tradiciones. Si pensamos bien, ya desde hace muchos, debido a que por ejemplo la llegada de Papa Noel y todo lo que implica es una celebración extranjera que la tomamos como propia, pero ya hace tanto tiempo que no pensamos en ello.

Posiblemente las primeras celebraciones que se nos vienen a la mente son las de Halloween o la del día de San Valentín, que son las que últimamente hemos tomado y muchos ya las festejan acá en nuestro país. Y en un mundo tan globalizado no es para nada extraño, más bien lo extraño seria que cada sociedad mantenga sus celebraciones, rituales y costumbres intactas ante el acceso y el constante cruce de información con otras sociedades y culturas –ya sea personalmente como por medio de las redes sociales-.

Últimamente esta cuestión genera muchos debates como si es correcto celebrar cosas de otros países, si no es mejor arraigarnos a nuestras tradiciones y no copiar lo ajeno, o más bien por el contrario si esto forma parte del proceso en el que hoy vivismos y donde cada vez parece haber menos fronteras.

Estas tradiciones a su vez también ya se inculcan en las instituciones educativas, donde es muy común ver como en el día de halloween los profesores pidan a sus alumnos que vayan caracterizados para festejar este día en la escuela o jardín. Pero también es menester decir que para el día de la tradición también lo hacen, por eso ¿está bien o mal incentivar estas fiestas extranjeras?, es decir, ¿celebrarlas invalida o hace que nos desarraiguemos de lo local? Bueno sin dudas es un tema y un debate muy profundo, pero no creo que en un mundo moderno, lleno de tecnologías y tan globalizado sea fácil que estas cosas dejen de hacerse, más bien por el contrario creo que va a ser cada vez más común que tomemos y resinifiquemos estas fiestas.

Lo bueno o productivo seria celebrarlas pero mixturándolas o relacionándolas con algo local, por ejemplo en el día de San Valentín sería bueno estudiar aquellas escritoras/es famosos argentinos que le hablaban al amor, o tomaban a este como musa inspiradora, como fue l caso muchas veces de Alfonsina Storni. O porque no cuando nos pidan disfrazarnos en Halloween no hacerlo de gaucho zoombie, (jaja) buena idea no? Lo importante es que una cosa no invalide la otra, y que cada uno celebre lo que quiera mientras que tratemos de mantener un poco nuestras tradiciones o al menos aprenderlas y tratar de conservarlas y respetarlas como hacemos con lo extranjero.