Durante 1966 las universidades estaban transitando un increíble proceso de desarrollo, muchos investigadores argentinos por ejemplo se formaban en el exterior para luego regresar y conformar grupos de investigaciones nacionales. Además las publicaciones Argentinas en medios exteriores era muy alta, y se habían inaugurado los edificios de la ciudad universitaria de la UBA.
La llamada noche de los bastones largos, se produce un 29 de julio de 1966, cuando durante la dictadura militar, Onganía decreta la intervención de las universidades nacionales. La policía desalojó a bastonazos la sede de la facultad de Ciencias Exactas de la UBA, donde en el acto, docentes, alumnos y demás integrantes de la institución fueron brutalmente golpeados. A este lamentable acontecimiento se lo denominó así, en alusión a los largos bastones que utilizo la policía para reprimir.
Tras este hecho, y convencidos de que el proyecto académico que venían llevando a cabo era imposible de continuar, se produce una ola masiva de renuncias de investigadores y docentes más que destacados, y este gran desarrollo que estaban viviendo las facultades argentinas queda paralizado.
Pero esto no fue todo, durante una prolongada clausura la Universidad reabre sus puertas, mientras estudiantes movilizados protestaban contra la represión y las persecuciones. Pero la realidad era otra, estaban prohibidas las reuniones, los centros de estudiantes, y casi no quedaban profesores formados.
Hoy después de 46 años, cabe rememorar este tipo de acontecimientos para decir juntos un NUNCA MAS, y seguir luchando por una Universidad pública, gratuita y cogobernada sin ningún tipo de censuras.