La lactancia es esencial durante, los primeros seis meses de vida. La leche materna es lo mejor para un bebe. Es abundante la evidencia científica sobre los beneficios del amamantamiento. No solo crea un vínculo especial entre la madre y su hijo sino que provee al niño de una mejor nutrición.
La leche de la madre es el alimiento perfecto para el bebé, ya que contiene todos los nutritientes en las proporciones necesarias y es de fácil digestión, ideal para un organismo que aún esta en desarrollo.
Los anticuerpos presentes en la leche materna ayudan al sistema inmune del bebé a combatir enfermedades. De hecho, los bebés amamantados poseen menores probabilidades de padecer, asma, alergías, cólicos y de ser obesos e, incluso, de sufrir muerte súbita.
Por otra parte, el cuerpo del bebé aprovecha mejor la proteína y la grasa contenida en la leche materna que las de fórmula. Los bebés que son amamantados tienden a tener menos cólicos, menos problemas de alimentación y, a menudo, menos constipación que aquellos que se alimentan con suplementos lácteos.
Dar el pecho tambien es beneficioso para la madre, ya que reduce el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cánceres, en especial, el mamario. Por otro lado, al amamantar se libera oxitocina, una hormona que estimula la contracción del útero y ayuda a que la mujer regrese más rapidamente a su peso normal.
La produccion de leche comienza alrededor del séptimo u octavo mes de embarazo, pero es recién durante los tres o cuatro primeros días después del parto cuando se activa la secreción de la leche. En ese tiempo, el bebé recibira calostro, un líquido de color amarillento viscoso debido a la presencia de carotenoides y riquisímo en factores inmunitarios que protegen al niño. Luego, los 20 días posteriores, se agrega la leche intermedia, de consistencia aún cremosa.
En general, el patrón de alimentación de estos bebés es por lapsos de 2 a 3 horas entre ingestas debido a que la leche materna se digiere más rapido y fácilmente que la leche de fórmula.