Saltar al contenido

Los miedos en la infancia

El temor es una emoción básica en los seres humanos, y generalmente suelen comenzar a desarrollarse desde nuestros primeros días de vida. Aunque nos parezca raro o exagerado todos los niños enfrentan situaciones de temor que van cambiando de acuerdo a la edad y que deben tomarse como sentimientos normales siempre y cuando no lleguen a ser excesivos o muy prolongados en el tiempo.

Los niños van experimentando miedos muy variados a medida que van creciendo, siendo la mayoría de ellos pasajeros, poco intensos y característicos de una edad, como: el miedo a la oscuridad, a algún animal o hasta a un muñeco. Pero estos no son siempre negativos, ya que muchas veces suelen tener efectos positivos permitiéndole al pequeño enfrentar situaciones complicadas o estresantes, dando lugar a que configure una especie de alarma que lo ayudará a evitar hechos riesgosos.

Lo más normal es que a medida que crecen y se atraviesan diferentes etapas evolutivas desaparezcan algunos temores para dar lugares a otros, vinculados a la necesidad de adaptarse al medio en el que vive.

Pero a pesar de que el miedo es normal en la infancia no es aconsejable que los adultos obliguen a enfrentarlos en forma directa, sino que debe ser de modo progresivo y tranquilo. Otra cosa importante es controlar que esos miedos no tomen un carácter excesivo o persistente, ya que aquí estaremos en presencia de una fobia que puede afectar la vida social del niño, y es necesario que se haga tratar por un profesional.