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Martin Luther King

En 1963, un sacerdote protestante de Montgomery, estado de Alabama, se puso al frente de 250.000 personas, se manifestó por las calles de la capital Washington, y pronunció un discurso conmovedor. Se llamaba Martin Luther King, y quería que los negros de Estados Unidos fueran libres e iguales a los blancos, por medios pacíficos.

Gracias a él, la lucha por la igualdad obtuvo importantes victorias frente a las leyes racistas que prohibían a los negros mezclarse con los blancos en las escuelas y otros lugares, y que daban a los blancos más libertad y mejores oportunidades.

King animaba a sus seguidores a protestar por medios pacíficos, con manifestaciones y “sentadas”, y desobedeciendo las leyes racistas. Le amenazaron con encarcelarlo, con agredirle, y con matarle, pero durante 12 años luchó sin descanso a favor de la igualdad de todos ante la ley. De este modo se ganó varios enemigos: algunos blancos lo odiaban porque era negro, y algunos negros le reprochaban  que no utilizase métodos más violentos.

Era un gran orador público, sus palabras estimulaban a millones de estadounidenses; durante la marcha sobre Washington de agosto de 1963, pronunció un discurso que ha pasado a la historia, un fragmento del mismo decía: “llegará un día en que este país despertará y vivirá de acuerdo con los principios que lo fundaron, unos principios que dicen que todos somos iguales”.

Martin Luther King fue asesinado en 1968, pero aún sigue vivo su deseo de que Estados Unidos fuera un país sin discriminación racial.