Abortar es la acción de acabar, malograr, desaparecer antes del tiempo estimado. El aborto es, entonces, la acción de abortar. Proveniente del latín abortus, el término es utilizado para indicar cuando existe una interrupción en el embarazo de manera intencional. Hoy nos dedicaremos a analizar qué es el aborto inducido, pensado como una interrupción voluntaria del embarazo. Veamos en qué consiste.
La práctica del aborto inducido está destinada a generar una «ruptura» prematura del embarazo para que el embrión o feto no llegue a desarrollarse y sea eliminado de cuerpo de la mamá. Es un tipo de aborto que, por lo general, se lleva a cabo de manera quirúrgica o química, causando repercusiones psicológicas y físicas en el cuerpo de la mujer.
La mayoría de las leyes prohíben este tipo de práctica debido a las implicancias éticas, morales, religiosas y sociales que conlleva. Pero, más allá de la ley, el aborto inducido se practica en todo el mundo, en diversas condiciones y por diferentes causas. Hay posturas diferentes en relación al aborto; quienes defienden la práctica la fundamentan con la libertad de la mujer, mientras que los opositores consideran al aborto como un asesinato del niño que está por nacer.
Quien esté destinado a llevar a cabo la práctica del aborto debe saber que se identifica no sólo porque no requiere hacer uso de la anestesia ni llevar a cabo ningún tipo de intervención quirúrgica, sino también porque es capaz de generar un sangrado contundente en la mujer.
Sea el método que sea que se elija para llevar a cabo el aborto, es importante tener en cuenta que existe la posibilidad de atravesar graves consecuencias y riesgos frente a la práctica.