Hace días se sancionó en nuestro país vecino Brasil, una ley denominada Ley de Cuotas. La presidenta de ese país Dilma Rousseff sancionó una ley que destina la mitad de las plazas de las Universidades Federales brasileñas a negros, indígenas y procedentes de escuelas públicas.
Lo que se busca con este tipo de leyes es disminuir la desigualdad existente en Latinoamérica en los diferentes estratos sociales. Estas políticas públicas se están dando con un gran auge y son producto de una nueva visión, que se está gestando en esta parte del continente americano. El estado argentino por ejemplo en su artículo 75 bis reconoce como preexistentes del estado nacional a los pueblos indígenas, y por tanto se deben garantizar los derechos, entre ellos se encuentra uno de los derechos más valiosos: el de la educación, esta ley trata de cumplir con esto.
Igualmente esta ley no escapa de los debates que se han presentado donde las críticas residen más que nada en tildar a esta propuesta como conformista y que busca reparar débilmente una consecuencia histórica de nuestro sistema social y económico. De todos modos, no podemos obviar que políticas como estas tienen el objetivo de mejorar la realidad social, y hacerla más justa y equitativa.
Las tramas y realidades sociales son complejas, y si bien este tipo de políticas son un paso importante, deben de acompañarse por otros tipos de políticas públicas para mejorar en conjunto y actuar sobre un tejido más amplio, y por ende, calar de modo más profundo en las estructuras para poder modificarlas.