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Quién fue Justiniano I el grande

¿Quién fue Justiniano I el grande? A analizar su biografía nos dedicaremos hoy y comenzaremos diciendo que fue un emperador bizantino de los años 400. De familia humilde y muy sencilla, su tío Justino fue siempre el más reconocido por haber ascendido en el ejército hasta llegar a ser emperador. Tiempo después fue el mismo Justino I quien designó como sucesor a su sobrino Justiniano, otorgándolo el trono en el año 527 -mismo año de su muerte-.

 

Emperador bizantino

Desde que asumió hasta sus días finales, Justiniano buscó revitalizar el Imperio de Oriente y puso todas sus energías en ello, recibiendo constante ayuda de su esposa Teodora. Así fue como Justiniano centralizó y reformó la administración, el absolutismo monárquico y el ceremonial cortesano; además, sometió a la jerarquía eclesiástica y la convirtió en instrumento fundamental del poder imperial.

 

 

Entre otras tantas cosas que hizo, se dedicó a emprender grandes construcciones como, por ejemplo, la basílica de Santa Soía en Constantinopla.

Una vez lograda la contención a los persas, Justiniano I el grande buscó re-unficar el Imperio Romano y para ello tuvo primero que reconquistar los territorios perdidos en Occidente; recibió ayuda de Belisario y Narsés. A pesar de no haber podido cumplir con su objetivo por completo, sí logró recuperar el norte de África, que estaba en manos de los bárbaros, Italia y una parte de la Península Ibérica; también restauró la unidad imperial de las riberas del Mediterráneo, parte de las costas de Marruecos, Tarraconense y la Galia.

Pero eso no fue todo, ya que además de sus acciones de conquista dio inicio a la codificación del Derecho Romano y lo simplificó en un Corpus Iuris Civilis. El mismo estaba compuesto por un código de leyes imperiales vigentes, una recopilación de dictámenes jurídicos y un manual de enseñanza del Derecho.

Habiendo llevado adelante todas las acciones mencionadas, no fue un emperador popular. Sus campañas exteriores y sus grandes construcciones arquitectónicas incrementaron los gastos del Estado, haciendo aumentar la presión fiscal. Con los años estalló contra él una insurrección popular que terminó con la vida de Teodora y Belisario, entre otros 30 mil muertos.

Algunas disidencias religiosas también atentaron contra Justiniano, quien habría perseguido a los seguidores de Arrio y Netorio pero no logró restablecer la sintonía con el Papado. Tras la muerte de Justiniano I el grande, gran parte de todas sus obras se vinieron abajo; Bizacio perdió gran parte de los territorios ganados por él en Occidente, convirtiéndose en un Imperio totalmente oriental.