¿Cómo funciona un extintor? ¿Por qué el nitrógeno líquido puede achicar un globo inflado? ¿Cómo creamos tinta invisible? ¿Cómo reconocemos un huevo duro de uno crudo? Estos y muchos más misterios de la química y la física se resolverán en esta nueva sección de “Química en acción”. Hoy veremos cómo se colorea el hielo internamente al ponerlo en contacto con sal.
Para este experimento vamos a necesitar: agua, una bombucha o un globo, sal fina, un plato hondo y colorantes naturales. Esta primera parte será tediosa y aburrida, pero los resultados obtenidos harán que valga la pena. Llenamos la bombucha o el globo con agua y lo llevamos al congelador durante varios días hasta observar que se congela. Pasado este tiempo, rompemos el globo y liberamos nuestra gran bola de hielo.
Para continuar con el experimento, colocaremos el hielo en el plato y le echaremos sal por encima. Una pequeña explicación química en el medio para entender lo que sigue. La sal tiene la capacidad de disminuir la temperatura de congelación del agua. Químicamente esto se conoce como descenso crioscópico de la temperatura; que no es más que el descenso de la temperatura de congelación de una solución respecto a su disolvente puro. Entonces al echarle sal al hielo, en las zonas de contacto, el agua se derretirá generando pequeños orificios en la superficie del hielo. A medida que avanza el tiempo, la sal irá penetrando cada vez más en la superficie del hielo originando túneles internos. Estos orificios seguramente serán sumamente pequeños, por lo que para ayudarnos a visualizarlos usaremos los colorantes. Dejamos caer gota a gota los colorantes en el hielo y veremos la extensión de los túneles formados por la sal.