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Esta vez en NeetEscuela te traemos la primera crítica sobre cine o series que se va a presentar en el blog. En esta primera entrega analizaremos (todo libre de spoilers, por supuesto) la recientemente estrenada «Relatos Salvajes», que ya se puede en ver muchísimas salas de toda la Argentina. Desde ya, te voy adelantando que la película es altamente recomendable y que vale la pena pagar una entrada de cine para disfrutarla. Me voy a dar un límite de objetividad porque, pese a que tendrá sus flaquezas, he salido con una muy buena imagen del cine y es difícil desprenderse de eso. He aquí el análisis.
¿Qué es lo que tiene de bueno «Relatos Salvajes»? Bueno, la verdad es que contó desde un principio con grandes puntos a favor: buenas críticas nacionales e internacionales(arrasó en Cannes), un director y guionista extraordinario (Damian Szifrón), actores de primer nivel (Sbaraglia, Darín) y un excelente musicalizador como es Gustavo Santaolalla. Bueno, tener semejante nivel no te garantiza un gran producto, pero por suerte en este caso la verdad es que no fallan. Es que Relatos Salvajes sacó en mí sentimientos que hacía rato no sentía frente a una pantalla grande: impotencia, nerviosismo, risa (hasta el borde del llanto a veces) pero, sobretodo, sorpresa. Sí, sorpresa es uno de los factores más importantes que tiene el film. Es que en las seis historias que se te aparecen así una detrás de la otra (y que apenas te da respiro para asimilar lo que acabás de ver), el sinfín de sucesos producidos por una cadena de causa-consecuencia es increíble: no pasa algo sorprendente que ya enseguida ocurre algo más. Desde situaciones injustas, inmorales y hasta graciosas, las seis historias la verdad es que tienen de todo.
¿Qué se le puede criticar? Tal vez la segunda historia (no digo cuál es así cada uno va sin idea alguna al cine) no está del todo bien hecha; de hecho, hasta diría que cuenta con algunos errores de edición. En la primer historia tal vez la ambientación no fue del todo buena (aunque se compensa con creces en las siguientes). Las actuaciones de algunos extras no fue tal vez la mejor y algunos sucesos estaban al límite de lo coherente. Mucho más no puedo decir al respecto de lo negativo.
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La cuestión es: excelente la actuación de Darín, de Oscar Martínez, de Grandineti y de Sbaraglia (que protagonizó mi relato salvaje favorito). La música es excelente (los matices exactos, la elección perfecta), y la dirección, con sus altas y bajas tal vez, de un nivel que se aleja del resto. Y en este punto me quiero detener un poco. Los que están familiarizados con la serie «Breaking Bad» no se habrán sorprendido tanto con las herramientas que usó Szifrón para relatar la historia (desde cámaras en ángulos imposibles hasta sostenidas en lugares poco usuales), pero para aquellos que no entienden mucho de la cosa la verdad es que el resultado era impactante y muy pero muy bello.
Personalmente sentí que estaba (sin exagerar, y entiendan que es un punto de vista) frente a una de mis películas favoritas. Sí, no es perfecta (cosa que sí lo es «El Secreto de sus Ojos», pero que no es muy de mi agrado), pero tiene cosas que la hacen única y la convierten en una genialidad del cine. Te podrá gustar una historia u otra (por lo general, noté una cierta tendencia de afinidad hacia la última), pero dudo mucho que la pases mal.
Bienvenido «Relatos Salvajes» a nuestras salas, y gracias por ser argentino.