¿Cómo funciona un extintor? ¿Por qué el nitrógeno líquido puede achicar un globo inflado? ¿Cómo creamos tinta invisible? ¿Cómo reconocemos un huevo duro de uno crudo? Estos y muchos más misterios de la química y la física se resolverán en esta nueva sección de “Química en acción”. Hoy fabricaremos bioplásticos.
Los bioplásticos (o biopolímeros), son plásticos fabricados a partir de materias primas de origen natural y renovables, como el maíz, el azúcar, las algas, el azúcar, entre otros. Y están surgiendo como reemplazo de los plásticos tradicionales.
Cuentan como principal características que no producen casi contaminación en su producción y pueden degradarse y descomponerse en el medio ambiente, como lo hace la materia orgánica de la cual proviene. Además, como no se fabrican a partir de petróleo (como los plásticos tradicionales) reducen la eliminación de carbono al ambiente y el uso de combustibles fósiles. Los bioplásticos, cuentan con la misma rigidez y resistencia que los plásticos conocidos; y se utilizan, cada vez con más frecuencia, en embalajes, bolsas de supermercado y envases.
Química en acción – Bioplásticos
Al ser un producto en vía de investigación y desarrollo, su precio es más elevado que el de los plásticos tradicionales. Pero se está convirtiendo rápidamente en una alternativa popular, en una sociedad que tiende cada vez más a la “vida verde”.
En este post, veremos una forma muy sencilla de fabricar bioplásticos en nuestra escuela. Vamos a necesitar: 2,5 gramos de almidón de maíz, trigo o patata, 2 ml de glicerina de farmacia, 0,5 ml de colorante natural (opcional), 3 ml de solución de hidróxido de sodio, 20 ml de agua, una placa da vidrio y un recipiente de vidrio. El procedimiento es muy sencillo. En el recipiente de vidrio se mezclan el almidón de maíz, la glicerina, el colorante natural y el agua. Se coloca la mezcla a baño maría durante 15 minutos, revolviendo continuamente (la mezcla adquirirá un estado viscoso). Se le agrega el hidróxido de sodio y se mezcla. Luego, se vierte la mezcla en una placa de vidrio, formando una película uniforme y homogénea y se la mete al horno a 100 °C (como máximo) durante 90 minutos (1 hora y media). Por último, se deja secar la placa al aire y estará lista la lámina de biopolímero.