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Química en acción – Matafuegos

¿Cómo funciona un extintor? ¿Por qué el nitrógeno líquido puede achicar un globo inflado? ¿Cómo creamos tinta invisible? ¿Cómo reconocemos un huevo duro de uno crudo? Estos y muchos más misterios de la química y la física se resolverán en esta nueva sección de “Química en acción”. Hoy nos toca el funcionamiento de un matafuego o extintor.

Empecemos con la fabricación de un extintor casero, de uno de los tipos más conocidos de extintores, el de soda – ácido. Para ello se necesita bicarbonato de sodio que se coloca en una servilleta de papel, una botella de agua pequeña seca, vinagre, una pajilla para beber, un tapón de corcho perforado o plastilina e hilo para coser.

Para el armado, se colocan en primer lugar cuatro cucharaditas de bicarbonato en una servilleta de papel y se cierra con el hilo de coser armando un estilo de bolsita (ver la imagen). Se colocan cinco cucharadas de vinagre en la botella y se suspende la bolsita de bicarbonato dentro de la misma, de forma que cuelgue con una parte del hilo fuera y no toque el vinagre. Se coloca la pajilla en la perforación del corcho o en la plastilina, y se tapa la boca de la botella.

Química en acción – Matafuegos

Para evaluar su funcionamiento, se debe agitar la botella tapando con el dedo la pajilla, de modo que se mezclen el bicarbonato con el vinagre. Luego se quita el dedo de la boca de la pajilla, y se proyecto el gas que sale de la botella sobre una vela encendida. Al reaccionar el bicarbonato (una base) con el vinagre (un ácido) se forma dióxido de carbono, que sale a presión por la pajilla. Extinguiendo la llama al expulsar el oxígeno que rodea la llama (sin oxigeno el fuego se apaga).

El extintor de soda – ácido, es el tipo de matafuegos más común, en el cual la sustancia extintora es expelida bajo presión. En este tipo de matafuegos, las sustancias químicas que intervienen son el bicarbonato de sodio y el ácido sulfúrico. El bicarbonato de sodio se disuelve en agua y constituye la sustancia extintora. El ácido sulfúrico concentrado se coloca en un frasco que se cuelga en la parte superior del matafuego con un tapón holgado de vidrio o cerámica, de forma que pueda caer fácilmente. Al agitar el extintor, el ácido y el bicarbonato se mezclan produciendo dióxido de carbono que genera una presión suficiente como para expeler el agua en un chorro que tiene un alcance de 10 a 12 metros.

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