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Mantenimiento de calderas

En “Manejo y cuidado de las calderas”, se comentaron varios puntos que se tienen que tener en cuenta para el manejo y cuidado de las calderas, entre los que se encontraban hechos relacionados con el nivel de agua, la presión, la temperatura, el tiraje, entre otros. Otro punto que debe tenerse en cuenta a la hora del uso de calderas es su mantenimiento.

Cuando el montaje de una caldera se ha terminado, la caldera debe ser inspeccionada, realizando una inspección preliminar de sus partes constitutivas y los equipos auxiliares. Una de las pruebas que suele aplicarse, al igual que en todos los equipos que operan a presión, es la prueba hidráulica certificada correctamente por personal idóneo.

Además deben realizarse limpiezas periódicas. El hollín recoge humedad contribuyendo al deterioro de las superficies metálicas. Tanto el hollín y como el polvillo de cenizas deben quitarse tan pronto como se enfríe la caldera.

Tratándose de calderas de servicio continuo, es mucho más seguro efectuar paradas previstas y programadas con el fin de realizar el mantenimiento preventivo, que arriesgar una posible parada durante un tiempo prolongado por avería de la misma. Este mantenimiento preventivo debe realizarse al menos una vez al año.

Por último, deben realizarse controles de la calidad del agua de alimentación, para evitar incrustaciones y efectos corrosivos por gases disueltos.